Ir al contenido principal

La ropa que castiga el alma.


Muchas veces nos hemos despertado con la frase “que me pongo”, “no tengo nada que ponerme”, “esto no es para mi”, y así muchas más, y sin saberlo esto nos lastima el alma.

Pero que pasa cuando de verdad has sido rechazad@ por tu forma de vestir en diferentes actividades a las que te han invitado, o qué pasa cuando no vas a aquel lugar solo porque tu forma de vestir no va a calzar y con esto no hablo de marcas o que esto se vea mal, si no porque la sociedad, y su “perfección” no te deja expresarte con tu forma de vestir.

Hemos buscamos de una u otra forma la aceptación propia y cuando creemos encontrarla, nos armamos de valor y salimos a la calle con un gran saco de frases positivas y algunas otras debajo de la manga en caso de algún asecho inesperado, sin tampoco olvidar que vamos cargados de ánimos de familiares que te han ayudado en tus procesos; pero nos damos cuenta que es más difícil de lo que uno pensaba, porque dicha sociedad no está en la casa de tu abuela, tu tía o tu mamá, la sociedad esta en la escuela, colegio,universidad, lugar de trabajo, reuniones sociales, etc... y ahí nos damos cuenta que socialmente no está permitido tener una cicatriz enorme o pequeña ya que eso te hace una persona menos atractiv@, tampoco es permitido caminar renqueando, con un bastón o una silla de ruedas porque inmediatamente eres “pobrecit@“ tan joven, tan viej@, tan esto, tan aquello, lastima que tiene lo que tiene. 

En una reunión de piscina por ejemplo nadie se va a acercar para preguntarte qué historia de guerra y lucha tuviste que pasar para obtener esas cicatrices y seguir con vida, por el contrario esas personas primero van a comentar miren a “x” no le dará vergüenza enseñar esas cicatrices o en mi caso particular dirán mire pobrecita con esos ojos tan lindos y camina así de renca o tiene esas cicatrices tan grandes lástima. Y esto no es algo que me invente si no son los comentarios que por años he escuchado y cuando al fin alguien se acerca a ti para preguntarte porque tienes esa cicatriz, esa bolsa o caminas así es con el morbo social de conocer que fue lo que te dejo así y no con la intención de aprender sobre lo que te paso. 

Vamos a poner el otro ejemplo social la compra de ropa, para alguien es normal ir a una tienda medirse mil, cosas y no comprar nada porque no se les ve como quieren o bien comprar todo lo que puedan. 
Pero les voy a contar entonces lo que para mi y much@s personas con las condiciones iguales o similares a las mías hacemos cada vez que buscamos ropa, es un momento constante y doloroso donde lo único que quieres es encontrar algo que te tape la bolsa, que no se note la cicatriz, que no se note mucho la diferencia entre una pierna y otra , y al cabo de unas horas te cansas mentalmente de tanto auto-maltrato, porque lastimosamente aquí no hay asesores de modas en cada tienda, solo jóvenes vendedores con cuerpos que socialmente son “aceptables” y todo se les ve bien, (caso de muchas tiendas de Alajuela) ahí te das cuenta que no estás comprando para vos, si no para todo lo que psicológicamente te da dolor y para tratar de calzar ante una sociedad que va tan acelerada que para lo único que se detienen es para juzgarte, y con esto solo te das cuenta que la ropa te castiga el alma.

Pero entonces YO Hazel López una amante de las piscinas y el mar, me di cuenta que jamás podría volver a ponerme un traje de baño y nadar o simplemente disfrutar de una tarde de piscina, o ¿cuándo ustedes han visto una campaña de trajes de baño con modelos que tengan cicatrices o bolsas con ostomias?  de seguro hemos visto campañas con esas personas pero para hacer consciencia de una u otra condición, nunca para vendernos algo y mucho menos un traje de baño.  

Como no me rindo de forma fácil decidí buscar diseñadoras de trajes de baño ya que los trajes de baño que tenía eran comerciales y no me gustaban porque todo se notaba, todo se veía y todo me incomodaba. 

Busque y busque hasta que encontré unas chicas con popularidad a nivel país de Costa Rica y las contacté para iniciar mi proceso, con mucho entusiasmo les contaba sobre mis ideas y cuando me decían que porque quería trajes de baño así y les contaba de mis condiciones recibía dé vuelta “Yo no estoy acostumbrada a diseñar para personas como usted”, “La verdad no sé qué recomendarle”, “Yo tengo una marca y un estilo muy propio y no hago ese tipo de diseños”, y ahí me di cuenta que mejor no seguía buscando porque no tenía sentido seguir recibiendo respuestas de rechazo de forma diplomática. 

Unos 4 años después de esos rechazos decidí postear algo en mis redes para ver si alguien conocía un@ diseñor@ de bikinis que de verdad fuera bueno y con bueno no me refería a que hiciera diseños a la moda si no que supiera escuchar. Por supuesto mi post fue contestado por varias personas y contacté unos cuantos nuevamente recibí rechazos diplomáticos, hasta que llegó Michell Mora propietaria de Kainalu Bikinis la contacté y le dije que tenía en mente y porque lo necesitaba así, sin más ella empezó a hablarme de telas, estampados, colores, tallas, etc... no recibí un no diplomático, hablamos como todo un día y ella respondía, me dio tanta seguridad que hasta una foto mía de mis demonios físicos le envié para que me entendiera mejor. Ella me diseñó unos bikinis justo como los quería y al probarme estos bikinis me di cuenta que todas las otras diseñadoras que me dijeron que no de forma diplomática están acostumbrados a diseñar para cuerpos socialmente perfectos y no para personas reales que pensamos que la ropa nos carcome el alma. 

Gracias Michell por darme la certeza de qué hay alguien por ahí que puede hacernos sentir escuchad@s y no juzgad@s por imperfecciones físicas y muy importante por enseñarme que no toda la ropa castiga el alma. No soy una súper modelo y no es mi intención con las fotos, solo quiero demostrarles mi seguridad, y se que cuando pueda visitar de nuevo playas o piscinas estaré muy feliz 😁.





“No hay que cansarse de buscar eso que tanto quieres en la vida por básico que sea, porque aunque para algunos sea algo tonto, para ti será algo que cambiará tu vida.”

Un abrazo digital le enviamos,

Hazel y su bolsa. 

P.D No duden en contactar a Michell para que vean la ropa no castiga el alma. 




Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Con una bolsa también se sueña

Por más de 23 años me ha acompañado “eso” de forma incondicional en  días buenos, excelentes, e inspiradores, así como también días que nos hacen perder la dulzura del carácter, el ánimo de sembrar y de  añorar. Pero entonces a “eso” le decidí poner un nombre por consejo de mi psicóloga y después de mucho pensar lo bauticé como  “bolsa”, si lo sé, suena un tanto despreciativo o poco importante, sin embargo es un nombre que mi ser y alma aceptamos y aunque “eso” no tiene la facultad de hablar puedo sentir que agradece tener un nombre después de 23 años de ser innombrable.  De una forma literal “Con una bolsa también se sueña” se escucha un tanto extraño y sin significado, pero para una gran población a nivel mundial, “bolsa” no es solo una bolsa de supermercado, de ferretería, de tela, biodegradable, etc... está “bolsa” significa para algunas personas, una nueva vida, esperanza, ganas de no seguir o por el contrario significa esperanza, para algunos significa rechazo, para otros aceptac

Ser ostomizado es una condición, no una enfermedad.

 Conmemorando la fecha de nuestra condición, vengo a recordarles que tener un estoma no es una enfermedad, está condición es una segunda oportunidad de vida que nos regalan los avances tecnológicos que nos permiten seguir acá. Si y los entiendo esta condición en su mayoría de veces nos hace entrar en depresión, nos hace llorar, nos hace pasar malos ratos porque tenemos accidentes vergonzosos, nos hace no siempre oler a Chanel y muchas veces a ser rechazados socialmente. Si nada de esto te ha pasado te felicito a mi me han pasado todas las anteriores  y han sido días feos. Hace poquito hablaba con una amiga mía ostomizada también y nos decíamos, de verdad que ambas conocemos muy bien el concepto de gratitud, pero al menos en estos días ambas estábamos con muchas ganas de no tener esta condición, yo no se ustedes pero al menos yo 25 años después de ser usuaria ostomizada, algunas veces me levanto sin ganas de tener una bolsa. La aceptación y la gratitud son cosas súper distintas y durant

Adriana Esqueda, una mamá con anhelos más grandes que él mismo universo.

Un 8 de Septiembre de 1984 nace Adri, una niña que vino a llenar de luz su hogar, se imaginan la ilusión de su madre al recibirla y verla toda frágil, el instinto de amor  de mamá de protegerla se ve puesto a prueba casi de forma inmediata, Adri nace con un ano imperforado y debe ser intervenida sin demorar. Se acuerdan en una de mis publicaciones donde les mencionaba que la sociedad es muy cruel y que se detienen solo para juzgarte, pues Adriana sufrió mucho en su niñez por esto, las burlas, el desprecio y las humillaciones fueron parte de su vida, una niña dulce que no entendía porque ella debía tener una bolsa, ella cuenta con mucho amor que su hermano 8 años mayor que ella le ayudó muchísimo haciendo eco de sus palabras fue su ángel, ya que él asumió muchas responsabilidades con ella que talvez para su corta edad no le correspondían, por ejemplo si la bolsa se le caía en el Kinder venía siempre su hermanito al rescate y él la atendía, sólo imagínenselo cuanto amor podía él tener po